Beatriz de Holanda, 8 años a la sombra de Máxima
La reina Beatriz de Holanda cumple 83 años, ocho de ellos alejados del trono y marcada por la tensa relación que mantuvo con su nuera, la reina Máxima, y que a día de hoy ha desaparecido.
Sobre Beatriz de Holanda siempre se ha escrito que ha sido la perfecta reina para su país, con un currículum impecable al frente de la monarquía durante 15 años, exactamente desde el 30 de abril de 1980 hasta el 30 de abril de 2013, fecha en la que abdicó a favor de su hijo, el que hoy es Guillermo de los Países bajos. Nacida en cuna de reyes, la que fuera princesa de Orange Nassau y princesa de Lippe-Biesterfeld, siempre ha guardado una discreción absoluta respecto a los temas íntimos de su familia y de ella misma, siendo catalogada en ocasiones como de ‘enigmática y misteriosa’. Tan solo trascendió un pensamiento de su parecer a la opinión pública cuando Máxima Zorreguieta apareció en la vida de su primogénito, el heredero a la Corona, enamorándole de tal manera que nadie podía hacerle entrar en razón para que se buscara otra novia.
Máxima y Guillermo se enamoraron con gran pasión / Gtres
A la entonces reina Beatriz no le agradaba en absoluto esa joven rubia, nacida en Argentina y con un padre, Jorge Zorreguieta, que tenía un vínculo muy estrecho con la dictadura de Videla, fuera la novia de su hijo. Se llegó a decir que era el Gobierno quien no aprobaba la elección del que sería en el futuro rey de los holandeses, pero fuentes solventes llegaron a confirmar que la Monarca era su mayor detractora.
Tan mal estaban las cosas y tanto era el empeño de Guillermo Alejandro por compartir el resto de su vida con Máxima, que su padre, el príncipe Claus, organizó una cena sorpresa para que ambas mujeres se conocieran. Y acertó, la velada fue todo un éxito de conciliación y Beatriz empezó a ver con buenos ojos a la mujer que amaba su vástago. Gracias al desplegué de espontaneidad, sencillez, buen humor y cariño que derrochó Máxima, ese día se inició una excelente unión entre suegra y nuera que se mantiene en la actualidad.
Al principio a la reina Beatriz no le agradaba la imagen que tenía de Máxima, pero eso cambió / Gtres
Así, cuando la reina Beatriz vio que esa joven no tenía freno a la hora de emprender, involucrarse en ayudar a los necesitados o captar la simpatía de los demás, además de ser muy inteligente, respiró aliviada a sabiendas de que sería la perfecta compañera para el heredero, pues en un momento dado estuvieron muy preocupados por su carácter introvertido, algo débil e infantil. La que en nuestros días es tratada de princesa vio como su hijo había madurado y estaba en el camino de convertirse en un rey querido y admirado.
La reina Beatriz tiene una buena relación con la familia de su hijo / Gtres
Las desavenencias entre Beatriz y Máxima no se han vuelto a dar o no se han hecho públicas, suponemos que no habrá llamado la atención a la pareja por haberse saltado en ocasiones las restricciones del confinamiento con algún viaje al extranjero. Tampoco sobre otras polémicas que recientemente han rodeado a los reyes de Holanda. Eso sí, quizá haya compartido con ellos alguna recomendación desde la sabiduría de una mujer que justo este 31 de enero cumple 83 años muy vividos y que ha sido y es adorada por los que fueron sus súbditos, un aprecio con el que ahora cuentan Guillermo y Máxima.